jueves, 21 de mayo de 2009

Otra flauta vieja

Érase una vez una niña que se llamaba María tenía diez años y vivía en Marruecos. En el colegio tenía una hora de música a la semana y tocaban la flauta, cada uno tenía la suya y todos sabían tocar las notas muy bien. Todos menos María y pensaba que su flauta estaba mal y por eso sonaba mal.

-- Profeee cámbiame esta flauta que es vieja -- decía María.

Y su profe le decía que aunque la flauta tenía ya muchos años no se cambiaba porque era ella quien tocaba mal.
María no lo entendía y acostada en su cama empezó a pensar lo que le dijo su profe. Al siguiente día de música su profe dió unos consejosa María:

-- Tienes que tapar bien los agujeros.

-- Tienes que soplar suave...

María en su casa hizo todo lo que su profe le dijo y lo logró. Estaba tan contenta que se lo contó a toda su familia.

Yasmine Benkaddour, 5º de Primaria

miércoles, 20 de mayo de 2009

Imágenes poéticas

Hace poco leíamos un fragmento de "vivir para contarla" de García Márquez en la que relataba que algunas páginas de su vida pasaban cerca de la música. También nos regalaba algunas imágenes poéticas, "bebidas que saben a ventanas y panes viejos que saben a baúles".
Aquí tenéis otras creadas por alumnos de primero de ESO:


- La música rifeña sabe a cous-cous.

- La música es una perla recién amanecida.

- Frutas que saben a montaña.

- Pescados que huelen a mar.

- El bombo sabe a sandía.

- La música clásica huele a medicamento.

domingo, 10 de mayo de 2009

Cuento> la flauta vieja

Había una vez una flauta muy vieja que pertenecía a un niño muy caprichoso. Decía a su padre que le comprara una flauta nueva, pero su padre le contestaba todos los días que se la compraría en las vacaciones. El niño muy enfadado la tiró a la basura.
Por allí pasó un niño pobre a quien también le gustaba tocar la flauta desde que su abuelo le regaló una flauta de madera pero un día se le cayó y se rompió. El niño vió algo brillante y corrió a ver qué era. Allí encontró la flauta que el otro niño había tirado.
Fue a su casa muy contento y empezó a tocarla pero sonaba mal. Al rato una luz maravillosa iluminó la flauta y comprobó que si la tocaba bien el sonido era suave y bonito.
Cuando la gente escuchó esa música le rodearon con alegría y le daban dinero para escuchar más canciones.
De esa manera la familia pobre encontró dinero para comprar la comida y la ropa que necesitaban.
Najoua El Farissi, 5º Primaria